Impulsado por criollos influenciados por las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa, comienza en mayo de 1810 un proceso de emancipación que concluye el 9 de julio de 1816 con la Declaración de la Independencia. Ese grupo de idealistas revolucionarios empiezan a gestar, primero en secreto y luego en la convocatoria de un Cabildo abierto, la idea de libertad sosteniendo la retroversión de la soberanía al pueblo en ausencia del monarca y la facultad de éste a designar a sus nuevos gobernantes.

Así después de la renuncia del Virrey, los patriotas conforman la Primera Junta de Gobierno Patrio, integrada por siete criollos, dos españoles y un militar americano.

Así cada 25 de mayo se renueva el compromiso de libertad, unidad e independencia que soñaron los protagonistas de los hechos trascendentales de nuestra historia común.

Cada 25 de mayo se recuerda a cada hombre y mujer que contribuyó de formas diversas a la construcción de la Patria, de los que dieron sus vidas por ideas más grandes que sus propias existencias. Porque el suelo natal se celebra cada día, en el trabajo hecho a conciencia y con convicción; asegurando espacios seguros dónde cada persona pueda desplegar su hacer, sentir y pensar; todos juntos, hermanados en sentimientos de amor hacia la Patria.